Este ser vivo que se aprecia en pantalla no se sabe con certeza su verdadero sexo, pero se especula que se trata de un caso de hermafroditismo.
El desafío de decidir su sexualidad es más difícil de lo que parece. Para esclarecer las dudas veamos un análisis físico-indumentario. Así dejamos al criterio del lector su determinación.
Como plano general podemos apreciar unos rasgos finos y notoriamente femeninos. Dos hilos de cejas coronan delicadamente los ojos. Hilos que resaltan tanto por su simetría como por su perfección; dejando en evidencia que fueron depiladas con esmero, dedicación y mucha cera...
Observemos con detención la entrepierna de este personaje, aparece un abultamiento propio de los hombres, pero no nos engañemos por la intuición, porque eso que sobresale no es otra cosa que una toalla higiénica ultra-absorbente.
Ahora si nos concentramos en la parte baja de cara, encontraremos con un poco de barba; entonces es natural enfrentarse a la dicotomía si acaso es un macho amujerado o una hembra masculinizada.
Con respecto al peinado, comprobaremos que es de lo más estrafalario y ridículo que pueda haber. Se ha confirmado que su filosofía de vida se resume en la frase "me peino, luego existo", que no es más que una vulgar copia de la sentencia “Cogito, ergo sum”.
Actualmente se ha observado una epidemia de cortes de pelo tan singulares como este.
Tal fenómeno se debe al movimiento musical britpop surgido a mediados de la década de los noventa.
A juzgar por la vestimenta de este intersexual, tenemos más material que analizar.
Percatémonos que este ser tiende a travestirse de una manera bastante retrospectiva (o vintage); sus inclinaciones predilecta son las rayas, los rombos, el escocés y los colores de la bandera gay. La mezcla de todo esto, combinado, da como resultado un estilo sobrecargado, escandaloso y extravagante que, por definición, es la tendencia britpopera.
Nuestro personaje, usa y abusa de prendedores y chapitas de sus cantantes favoritos, así de otros accesorios, como por ejemplo, cinturones con incrustaciones metálicas y/o cadenas colgantes, que pretenden conferirle un aspecto de chico rudo, pero amariconado al final de cuentas.
Paralelamente, los lentes aparentan darle un aire de intelectual moderno, pero conformémonos sólo con el aire porque ignora el otro significado.
Para finalizar, advirtamos que posee las infaltables zapatillas "converse", símbolo de alternatividad que le otorgan la tan buscada originalidad añeja a los pies...
Retomando la relación existente entre el estrambótico vestir con la influencia musical y, gracias al análisis precedente, nos encontramos en condiciones de etiquetar esta especie de ser humano. Si tuviésemos que clasificarlo
Si tuviésemos que clasificarlo dentro de un paradigma establecido (es decir, dejándolo ser tal cual es dentro de su hábitat) y considerando sus ropas y demases accesorios, indudablemente cae dentro de lo que se denomina el Síndrome del Maricón-Esnob-Alternativo. Epidemia que afecta a un 90% de homosexuales y que sigue multiplicándose sin control; cada día son más las víctimas de este mal y se piensa que pronto abarcará más seres que el temible SIDA.
A modo de finalizar, quisiera dar mi humilde opinión del porqué es tan apestosa la música britpop: De partida está alejada de toda pretensión artística, cae en lo obvio, lo seguro y lo comercial, cuyo único valor es el número de ventas. Ni qué mencionar sus melodías que son repetitivas y asquerosamente pegajosas. Sin duda, lo peor de todo, es que su lírica es nula, vacía, sin contenido aparente. Pero no por eso deja de encantar al vulgo, muy por el contrario, les fascina ya que es alegre y light: Pasatiempos favorito de Ignacio Aníbal (Y también de Isabel, la mona britpopera del bloque anterior), que es así como se llama el mariconcito de la foto. Si quieres saber más de su miserable vida, haz click en http://www.fotolog.com/elnixo y ríete a carcajadas de su patética existencia.
El desafío de decidir su sexualidad es más difícil de lo que parece. Para esclarecer las dudas veamos un análisis físico-indumentario. Así dejamos al criterio del lector su determinación.
Como plano general podemos apreciar unos rasgos finos y notoriamente femeninos. Dos hilos de cejas coronan delicadamente los ojos. Hilos que resaltan tanto por su simetría como por su perfección; dejando en evidencia que fueron depiladas con esmero, dedicación y mucha cera...
Observemos con detención la entrepierna de este personaje, aparece un abultamiento propio de los hombres, pero no nos engañemos por la intuición, porque eso que sobresale no es otra cosa que una toalla higiénica ultra-absorbente.
Ahora si nos concentramos en la parte baja de cara, encontraremos con un poco de barba; entonces es natural enfrentarse a la dicotomía si acaso es un macho amujerado o una hembra masculinizada.
Con respecto al peinado, comprobaremos que es de lo más estrafalario y ridículo que pueda haber. Se ha confirmado que su filosofía de vida se resume en la frase "me peino, luego existo", que no es más que una vulgar copia de la sentencia “Cogito, ergo sum”.
Actualmente se ha observado una epidemia de cortes de pelo tan singulares como este.
Tal fenómeno se debe al movimiento musical britpop surgido a mediados de la década de los noventa.
A juzgar por la vestimenta de este intersexual, tenemos más material que analizar.
Percatémonos que este ser tiende a travestirse de una manera bastante retrospectiva (o vintage); sus inclinaciones predilecta son las rayas, los rombos, el escocés y los colores de la bandera gay. La mezcla de todo esto, combinado, da como resultado un estilo sobrecargado, escandaloso y extravagante que, por definición, es la tendencia britpopera.
Nuestro personaje, usa y abusa de prendedores y chapitas de sus cantantes favoritos, así de otros accesorios, como por ejemplo, cinturones con incrustaciones metálicas y/o cadenas colgantes, que pretenden conferirle un aspecto de chico rudo, pero amariconado al final de cuentas.
Paralelamente, los lentes aparentan darle un aire de intelectual moderno, pero conformémonos sólo con el aire porque ignora el otro significado.
Para finalizar, advirtamos que posee las infaltables zapatillas "converse", símbolo de alternatividad que le otorgan la tan buscada originalidad añeja a los pies...
Retomando la relación existente entre el estrambótico vestir con la influencia musical y, gracias al análisis precedente, nos encontramos en condiciones de etiquetar esta especie de ser humano. Si tuviésemos que clasificarlo
Si tuviésemos que clasificarlo dentro de un paradigma establecido (es decir, dejándolo ser tal cual es dentro de su hábitat) y considerando sus ropas y demases accesorios, indudablemente cae dentro de lo que se denomina el Síndrome del Maricón-Esnob-Alternativo. Epidemia que afecta a un 90% de homosexuales y que sigue multiplicándose sin control; cada día son más las víctimas de este mal y se piensa que pronto abarcará más seres que el temible SIDA.
A modo de finalizar, quisiera dar mi humilde opinión del porqué es tan apestosa la música britpop: De partida está alejada de toda pretensión artística, cae en lo obvio, lo seguro y lo comercial, cuyo único valor es el número de ventas. Ni qué mencionar sus melodías que son repetitivas y asquerosamente pegajosas. Sin duda, lo peor de todo, es que su lírica es nula, vacía, sin contenido aparente. Pero no por eso deja de encantar al vulgo, muy por el contrario, les fascina ya que es alegre y light: Pasatiempos favorito de Ignacio Aníbal (Y también de Isabel, la mona britpopera del bloque anterior), que es así como se llama el mariconcito de la foto. Si quieres saber más de su miserable vida, haz click en http://www.fotolog.com/elnixo y ríete a carcajadas de su patética existencia.